Preocupante aceleración de la inflación en EEUU: el IPC escala al 3,5% y las lecturas mensuales siguen disparadas

Preocupante aceleración de la inflación en EEUU: el IPC escala al 3,5% y las lecturas mensuales siguen disparadas
  • Tanto el IPC general como el subyacente avanzaron un 0,4% en marzo
  • Los datos dejan muy difícil la primera bajada de tipos de la Fed en junio
  • El mercado descuenta menos de dos recortes y el bono viaja al 4,5%

La inflación de marzo de EEUU viene con malas noticias tanto para el país como para el resto del mundo. Los precios volvieron a acelerarse el mes pasado, sumándose a unos datos de enero y febrero que ya habían generado preocupación. Algo se ha roto en la impecable senda desinflación registrada en 2023 y la Reserva Federal empieza a tener más difícil encontrar el hueco para comenzar a recortar los tipos de interés. Los abrasadores datos publicados este miércoles por la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS) del Departamento de Trabajo dejan muy tocada la posibilidad de una primera bajada de tipos en junio.

El Índice de Precios al Consumo (IPC) aceleró un 3,5% interanual en marzo, tres décimas más que en febrero y una por encima del repunte esperado por los economistas. Por su parte, la inflación subyacente (excluyendo energía y alimentos), más persistente en los últimos meses, continuó estancada en el 3,8%, muy cerca del 4% del que le está costando bajar. Pero el golpe más sonoro, observando las previsiones de los analistas, llegan en las lecturas intermensuales: tanto el IPC general como el subyacente vuelven a acelerar un 0,4%, como el mes pasado. El consenso de expertos confiaba en un 0,3% en la lectura subyacente que, aún siendo fuerte, no torpedease en exceso el relato de la desinflación. El 0,4% se sitúa aún muy lejos del 0,17% mensual que algunos expertos piden para converger hacia el objetivo del 2%.

El contundente impacto de esta lectura se ha notado rápidamente en los mercados. Los operadores han variado sus apuestas y descuentan ya menos de 50 puntos básicos de recortes de tipos por parte de la Fed este año; es decir, menos de dos recortes de 25 puntos básicos. Hasta hace unos días, tres bajadas de tipos en 2024 era la ruta que telegrafiaba la Fed y compraban los mercados. La comidilla de que la Fed podría no bajar los tipos este año ya corre por Wall Street. En lo que atañe al calendario, esta semana los swaps ya trasladaban el primer recorte del banco central de junio a julio. El dato de IPC hace que las probabilidades para julio ronden ya el 50% y que la primera bajada completa se descuente para septiembre. Ante estas expectativas, el dólar se ha revalorizado con fuerza (ganando hasta un 0,8% frente al euro) y el rendimiento del bono americano a 10 años ha dado un espectacular salto del 4,35% hasta el entorno del 4,5%.

“A pesar de que los primeros informes de inflación del año fueron calientes, los inversores estaban dispuestos a darles un pase, descartándolos como un “bache en el camino”. Ahora, aumenta la preocupación de que el reciente repunte de la inflación sea más sostenible y estamos viendo esa realidad reflejada en la reacción tanto de la renta variable como de los bonos, que se venden en respuesta al informe de hoy”, apunta Bret Kenwell, analista de inversiones de eToro.

“Junto con el repunte de las cifras mensuales de empleo, la tercera subida consecutiva del IPC subyacente (0,4% intermensual) acaba prácticamente con las esperanzas de que la Reserva Federal recorte los tipos en junio”, sentencia Paul Ashworth, analista de Capital Economics. “Los datos sugieren que la Reserva Federal se mantendrá al margen por el momento y aplazará la primera bajada de tipos más allá de mediados de año, sobre todo teniendo en cuenta que la economía sigue creciendo con fuerza”, completan Christoph Balz y Bernd Weidensteiner desde Commerzbank. “Otro mes, otro aumento del índice de precios al consumo mayor de lo previsto. Esto probablemente no sentará bien a la Fed, y puede empujar a más responsables políticos al campo de los dos recortes de tipos”, apostilla Ryan Sweet.

“Tenemos dos informes más sobre empleo y dos sobre el IPC, pero para que se produzca un recorte en junio probablemente necesitaríamos que el crecimiento de las nóminas cayera cerca de 100.000 y que ambos IPC subyacentes se situaran en el 0,2% intermensual, esto último el día de la reunión del FOMC del 12 de junio”, es más preciso James Knightley, economista de ING.

Según el informe de la BLS, la gasolina y -nuevamente- la vivienda han sido los principales contribuidores al elevado dato global. La gasolina subió un 1,7% intermensual en marzo, mientras que la categoría de alojamiento (alquileres de primera vivienda y el alquiler equivalente de los propietarios) avanzó un 0,4%, marca de la que no baja desde noviembre. La partida de la vivienda es especialmente controvertida. A las críticas que recibe el alquiler equivalente de los propietarios como medición fiable se suman los cambios metodológicos de la BLS. Los analistas llevan meses diciendo que la relajación del alquiler habitual que reflejan índices independientes deberían plasmarse en el IPC, pero no está siendo así. Algunos estrategas señalan que incluso los tipos altos estarían fomentando la inflación de la vivienda al reprimir aún más la oferta (los propietarios no ponen a la venta sus casas para irse a otra en la que pagarían una hipoteca mucho más dura).

Los servicios, muy vigilados por la Fed por su impacto en los costes salariales, volvieron a mostrar un fuerte aumento del 0,5% intermensual, manteniéndose por encima del 5% en tasa interanual. Los servicios core (sin energía ni vivienda), métrica muy mencionada por la Fed, subieron un 0,65%. Para los economistas de Commerzbank, las elevadas lecturas intermensuales de los servicios son las principales culpables del enquistamiento de la inflación subyacente, que sube un 4,5% en tasa trimestral anualizada. Los seguros de automóviles (+2,6% intermensual), las reparaciones de automóviles (+1,7%) y los servicios hospitalarios y relacionados (+1,2%) contribuyeron a la escalada de los precios. La caída del 0,2% en los precios de los bienes duraderos no logró compensar esto.

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